Hoy nos invitan a una profunda meditación sobre la vida eterna, la justicia de Dios y la esperanza que trasciende la muerte.
La vida de los justos está segura con Dios. El sufrimiento terrenal es una prueba, y la recompensa es la inmortalidad.
Confianza absoluta. Dios nos guía en la vida y nos asegura morada en su Casa (el cielo) incluso al pasar por la oscuridad (la muerte).
La misericordia de Jesús es infinita. La fe y el arrepentimiento, incluso en el último momento (el Buen Ladrón), son la llave inmediata a la salvación.
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